Coup de Torchon. Francia. 1981.

de Bertrand Tavernier

Hoy hablaremos de una película que se podría definir como atonal, ya que a lo largo del filme no sabemos si estamos viendo una comedia, una tragedia, o un melodrama. Quizás tiene un poco de ambas, entonces sería, más bien, una tragicomedia en todo caso.

Y por qué es tan importantes hablar del tono en esta película? Porque es lo que sostiene la anécdota de la película, si no fuera por esta ambigüedad tonal, la historia se haría completamente plana. Gracias a que no sabemos qué pensar de la película podemos distinguir matices de los personajes, los vemos más profundo y los sentimos más ricos. Llegamos a sentir afecto por Lucien Cordier, hasta empatía por él al principio de la película, pero cuando éste arcea y se vuelve un monstruo asesino y cínico lo vemos más complejo y perdemos cualquier sentimiento por él.
La maestría de las películas atonales es que nos permiten conocer mejor a los personajes, llegan a ser, incluso, más reales, se parecen a nosotros, no son ni de una forma ni de otra, son de muchas formas.

Related posts:

Over twice as tall as the Statue of Liberty and Elizabeth Tower (Big Ben), the world’s largest wind turbine will stand at more than 260 metres when measured from base to blade tip, with 220-metre…